Vamos a realizar dos
divisiones o estructuraciones a la hora de comprender las zonas del cuerpo que
podemos azotar:
-
Anatomía
humana:
o
Esqueleto
(huesos); carecen de flexibilidad, una de sus funciones es actuar como sostén
mecánico del cuerpo y sus partes blandas, funcionando como armazón que mantiene
la morfología corporal. Un golpe de gran intensidad, una tensión inadecuada,
etc, puede dar como resultado una fractura.
o
Musculatura
(músculos y tendones): Las zonas desprotegidas de musculatura, son zonas a
evitar a la hora de azotar, la parte inferior de la pierna, la espinilla y la
parte posterior de esta, así como las articulaciones en general.
Músculo
(Casualmente los
músculos del culo, los glúteos, son gruesos, están protegidos por una capa de
tejido adiposos sobre la piel, son cortos de longitud y además no protegen una
estructura hueca, con lo cual es la típica zona donde se puede azotar a placer
con casi todo tipo de aparatos sin correr graves riesgos).
Un
músculo es un órgano formado por un conjunto de fibras musculares; estas fibras
son contráctiles, es decir, son capaces de acortarse; y elásticas lo que
significa que son capaces de estirarse.
Según su naturaleza, existen tres tipos de músculo: estriado o esquelético, liso o visceral y cardíaco.
Los músculos estriados conforman la musculatura esquelética del cuerpo y son controlados por la voluntad. A diferencia del músculo liso, su contracción es veloz y sufre rápidamente los efectos de la fatiga.
Según su naturaleza, existen tres tipos de músculo: estriado o esquelético, liso o visceral y cardíaco.
Los músculos estriados conforman la musculatura esquelética del cuerpo y son controlados por la voluntad. A diferencia del músculo liso, su contracción es veloz y sufre rápidamente los efectos de la fatiga.
Tendón (Con los tendones hay que tener un
especial cuidado, pues carecen de la elasticidad de los músculos. El efecto de
una presión inadecuada, como pueden ser unos azotes mal dados sobre una zona tendinosa,
podría producir una inflamación de éstos tendones; lo que se conoce como
tendinitis. Esta es una lesión grave, difícil de curar, muy dolorosa y que
puede reproducirse con muchísima facilidad.)
Un
tendón es la parte del músculo estriado que sirve de unión entre el vientre
muscular, o cuerpo del músculo, y las inserciones en los segmentos óseos
correspondientes. Los tendones son de color blanco lechoso, consistencia fuerte
y no contráctiles.
Hay músculos que tienen tendones muy cortos, mientras que otros tienen tendones realmente largos. Los tendones transmiten la fuerza muscular hacia los segmentos óseos para producir el movimiento del cuerpo.
Hay músculos que tienen tendones muy cortos, mientras que otros tienen tendones realmente largos. Los tendones transmiten la fuerza muscular hacia los segmentos óseos para producir el movimiento del cuerpo.
Ligamento
Un
ligamento es una estructura en forma de banda formada por tejido fibroso cuya
función es unir y estabilizar los huesos en las articulaciones.
A diferencia de los tendones, que conectan músculos con hueso, los ligamentos interconectan huesos adyacentes entre sí; en una articulación, los ligamentos permiten y facilitan el movimiento dentro de las direcciones anatómicas naturales, mientras que restringe aquellos movimientos que son anatómicamente anormales, impidiendo lesiones o protrusiones que podrían surgir por este tipo de movimiento.
A diferencia de los tendones, que conectan músculos con hueso, los ligamentos interconectan huesos adyacentes entre sí; en una articulación, los ligamentos permiten y facilitan el movimiento dentro de las direcciones anatómicas naturales, mientras que restringe aquellos movimientos que son anatómicamente anormales, impidiendo lesiones o protrusiones que podrían surgir por este tipo de movimiento.
o Órganos
internos y venas: Son zonas a evitar,
especialmente la zona abdominal al carecer de protección ósea y ser más
sensible a los impactos, estando más expuestos los órganos internos, así mismo
debemos tener cuidado con las zonas arteriales (cuellos, por ejemplo).
Órganos
Se
da el nombre órgano a las partes diferenciadas del cuerpo que colaboran en la
realización de una función.
Un
aparato es el conjunto de órganos distintos por su estructura que contribuyen a
realizar la misma función. Ejemplos de aparatos son el digestivo o el
respiratorio.
Un
sistema es un conjunto de órganos con idéntica estructura y origen
embriológico. Un ejemplo de sistema es el sistema nervioso.
Los
vasos sanguíneos de acuerdo con su diámetro se clasifican en arterias,
venas y capilares. Es por ellos que constantemente circula toda nuestra
sangre.
Las
arterias
Una
de las principales características de estos conductos, que parten del corazón,
es que llevan sangre rica en oxígeno. Además, sus paredes son gruesas y
resistentes y están formadas por tres capas; una interna o endotelial,
una media con fibras musculares y elásticas; y una externa de
fibras conjuntivas.
Para
entregar su rico cargamento, las arterias también se ramifican y, de
acuerdo con la forma que adopten, o hueso y órgano junto al cual corran,
reciben diferentes nombres tales como coronaria, renal o humeral.
Las
venas
A
diferencia de las arterias, las paredes de las venas son menos
flexibles, y cada ciertos espacios las válvulas que tienen impiden que la
sangre caiga o retroceda por su propio peso. La labor de las venas es, una vez
que la sangre ha descargado el oxígeno y recogido el anhídrido carbónico,
conducirla de regreso hacia el corazón y los pulmones.
Estos
conductos constan de dos capas, una endotelial y otra formada por fibras
elásticas, musculares y conjuntivas.
Los
capilares
Para
facilitar el intercambio gaseoso entre la sangre y los tejidos, o entre la
sangre y el aire que ha penetrado en los pulmones, es que existen los capilares.
Estos son vasos sanguíneos que se hacen cada vez más finos a medida que se van
ramificando en el cuerpo. La explicación de esta extrema delgadez es que están
formados por una sola capa de células, la endotelia. De esta forma permiten
que las células reciban oxígeno y expulsen el anhídrido carbónico.
Al
comienzo de estos pequeños tejidos hay unas franjas que se relajan o contraen
para permitir o impedir el paso de la sangre. En todo el cuerpo se estima que
hay más de 60 mil kilómetros de ellos, siendo el punto más lejano del viaje que
hace la sangre.
-
Útiles
o herramientas, según características y forma los dividiremos en:
o
rígidos, flexibles, semiflexibles
o
Estrechos
o anchos (recoredemos que a mayor superficie menor presión
Como hemos visto, una técnica
incorrecta en una zona inadecuada puede producir serias lesiones. Por lo tanto,
para un correcto azotado por toda la superficie corporal, hemos de estar
adaptándonos constantemente a medios e intensidad.
El denominado bastinado o
suplicio turco, que consiste en azotar las plantas de los pies con una vara,
puede producir serias lesiones ya que la planta de los pies es muy sensible. Es
una estructura exactamente igual que la mano, solamente que en nosotros se ha
adaptado a la marcha, para recoger información del suelo sobre su textura,
inclinación, etc.
Además describe una especie
de mapa de todo lo que son los órganos de cuerpo, de tal modo que según la
estimulación que reciban ciertos puntos de la planta de pie, desde los dedos
hasta el talón, incluidos los tobillos, vamos a obtener diferentes respuestas
orgánicas. Esto es lo que estudia y trata la reflexoterapia podal.
Por lo tanto si sobre los
pies aplicamos un castigo indiscriminado, no solamente vamos a dañar su
estructura, sino que podemos alterar el funcionamiento de diferentes órganos.
Por lo tanto, el instrumento adecuado para castigar esta zona en una paleta de
azotar, no una vara o una fusta, puesto que no se trata de torturar. ( http://www.podoortosis.com/a_introduccion/b01.htm )
Será mejor una paleta de
azotar de las de forma de lengüeta como de tres centímetros de ancho, que no
sea rígida para que se pueda adaptar a la superficie de pie y no produzca
lesiones, ni en los tendones ni en las articulaciones del pie; y aplicar el
azote con una fuerza media-baja.
Continuando una trayectoria
ascendente, de la planta del pie pasaremos directamente a lo que es la
pantorrilla, sin tocar prácticamente todo lo que hay en medio (desde la
espinilla hasta los tobillos).
En la pantorrilla el castigo
será muy similar al de la planta del pie, tal vez aumentando un poquito la
fuerza (no demasiado), ya que tenemos los músculos que nos hacen ponernos de
puntillas y que mueven el pie. Son unos músculos cortos, muy gruesos, muy potentes,
pero que generalmente sufren muchas contracturas y se pueden lesionar con
facilidad ya que soportan el peso de todo el cuerpo.
Seguimos hacia arriba y,
respetando la rodilla, nos encontramos con los muslos, donde la estructura sea
del fémur se ve envuelta por numerosos músculos muy potentes, muy largos y que
permiten casi todo tipo de azotado; siendo especialmente sensible la zona
interior.
A pesar de todo hay que tener
muy en cuenta que este grupo muscular, junto con los de la pantorrilla, son los
que nos permiten caminar y desplazarnos. Por lo tanto se van a resentir si se
les castiga con severidad. Las lesiones, aunque transitorias, son muy visibles
ya que la cojera o la dificultad de movimiento se nota enseguida.
Después encontramos el culo y
los genitales. En el culo están los músculos glúteos y ya hemos comentado antes
que es la zona de azotamiento por excelencia.
Los genitales son otra cosa.
Los genitales femeninos se deberán de tratar como la planta del pie, por lo que
respecta a los masculinos, el pene también se tratara como la planta del pie y
los testículos como vísceras. Hay que tener mucho cuidado al golpear los
testículos, no utilizar nunca objetos rígidos o semirígidos como palas de
azotar, puesto que el dolor que se produce puede ser muy intenso y causar
graves problemas.
La disposición de los
testículos fuera del organismo se debe a que la producción espermática se
realiza mejor a una temperatura inferior a la del cuerpo. Problemas que pueden
presentarse:
Contusión
Si el golpe es importante
puede producirse el estallido del testículo, varicocele (dilatación venosa) o
un hematoma intratesticular, aunque lo más probable sea un hematoma
extratesticular que abarque el tejido celular subcutáneano (bolsa testicular),
con la consiguiente edematización (hinchazón) y cambio de coloración de la
zona.
Estallido y/o hemamtoma
intratesticular pueden producir una necrosis (muerte) del testículo con el
subsiguiente cese de la producción espermática. El dolor que provoca la
necrosis es hiperagudo y requiere trat quirúrgico de urgencia, en cambio en el
hemantoma extrates. el dolor es de menos intensidad y es excepcional que se
tenga que recurrir al drenaje quirúrjico.
Estrangulamiento
Con el estrangulamiento lo
normal es que tengas un edema debido a que entra más sangre de la que puede
salir (la sangre entra por las arterias que están en la profundidad y salen por
las venas que están en la superficie). En casos extremos, este aumento de la
presión puede también provocar necrosis o torsión de testículo.
Heridas,
punciones
Con la asepsia adecuada y
siempre que se huya de las partes nobles (tetículo y epidídimo), esta acción no
tiene que acarrear complicaciones.
Siempre debes procurar cortar
o perforar la piel, sin profundizar.
Un castigo adecuado en esta
zona podría ser azotar con un latiguillo pequeño que pueda escocer, hacerle
restallar o golpeteos muy suaves con la punta de una fusta acabada en una
tirita de cuero. Hay que tener en cuenta que el recorrido que haga esta
lengüeta de cuero no sea superior a quince centímetros y el golpe debe ser de
intensidad muy suave.
Seguimos hacia arriba y nos
encontramos la espalda, el tórax y el abdomen. La espalda es una estructura
protegida por la columna vertebral y, en la zona superior, por las costillas;
por lo tanto aquí el castigo que se impone ha de ser con objetos flexibles,
golpes suaves con palas de azotar, con fustas y se puede emplear el látigo a
gusto puesto que la estructura admite una elevada intensidad, pero también es
verdad que las marcas que pueden dejarse tardan en desaparecer.
El abdomen es la parte donde
están situadas la mayor parte de las vísceras y está protegido por los potentes
músculos abdominales; no obstante, si golpeamos con un objeto semirrígido o
rígido podríamos causar lesiones de importante consideración, dañando incluso
alguno de los órganos internos.
Por lo tanto no está indicado
utilizar ni palas ni objetos más duros y los azotes con látigo deberán de
hacerse de forma que abracen desde los costados. No obstante, la intensidad
debe ser suave, pues también están en esta zona los riñones que son muy
delicados.
En el tórax, aunque está
protegido totalmente por las costillas, hay que tener en cuenta que estas
actúan como fuelle en la función respiratoria y por lo tanto un golpe fuerte
con un objeto rígido o semirrígido podría producir un fallo en esa función.
Además, el corazón que está situado debajo del esternón, podría ver alterado su
ritmo normal si se acierta con un golpe fuerte en esta zona.
Tengamos en cuenta que cuando
se produce una parada cardio-respiratoria la primera maniobra que se suele
hacer es golpear fuerte el esternón y a continuación aplicar un masaje en esa
zona con fuerza de forma rítmica. Por lo tanto si un corazón que late
normalmente recibe un impacto en esa zona su funcionamiento se podría alterar;
aparte que si producimos una hemorragia interna, la hemorragia podría producir
un derrame con serias consecuencias.
Sin embargo, en esta zona nos
encontramos con los pechos (o las tetillas en el caso de los hombres) que es una
zona que requiere un exquisito trato por su alta sensibilidad. No es necesario
aplicar una intensidad elevada en los golpes para obtener un suplicio adecuado.
Podemos dedicarnos a
golpeteos pequeños, con azotes cortos, hacer restallar látigos también cortos o
golpear con la lengüeta de cuero de una fusta, en un recorrido similar al que
aplicábamos en los testículos y haciéndolo coincidir directamente sobre el
pezón.
Por último nos encontramos
con los carrillos de la cara y en esta zona yo me atrevería a recomendar
solamente el abofeteado. De esta manera controlamos perfectamente la intensidad
del golpe y hay que tener en cuenta que al ser una zona totalmente visible, su
trato debe ser más humillante que doloroso.
Hablaremos ahora de la
intensidad de los golpes de la que hemos estado hablando a lo largo de toda la
descripción pseudo anatómica. Está dicho hasta la saciedad, que en el s/m, como
en cualquier otra actividad, hay que empezar por cosas muy simples, muy
sencillas e ir aprendiendo poco a poco.
Con la intensidad de los
golpes sucede lo mismo. No todos los esclavos tienen el mismo aguante y por lo
tanto hay que empezar suavemente; primero con azotes, con pequeños golpecitos y
luego ir incrementando la intensidad a medida que vayan tolerándolo.
Hemos de tener en cuenta que
es mucho más satisfactoria, para ambas partes, una tortura refinada que un
apaleamiento bestial. Por lo tanto es más interesante el ir incrementando
gradualmente la intensidad de los golpes que aplicar directamente estacazos
cuyas consecuencias podían ser nefastas.
En un principio he hablado
del principio físico que dice que, a mayor superficie mayor presión. Por lo
tanto si golpeamos con una vara o con una fusta, cuyo diámetro apenas llega a
un centímetro, la presión que ejercer este golpe ser mucho mayor, ocasionando
algo similar a un corte.
Si golpeamos con una pala de
azotar la intensidad se reparte uniformemente en toda la superficie de la pala.
En resumen, si golpeamos con una fusta, con una vara o con un palo, podemos
provocar golpes mucho más profundos, con lesiones vasculares como hematomas;
cosa que difícilmente sucederá si azotáramos con la mano, con un zapato, con
una pala de azotar, con una raqueta de ping-pong, etc.
Un hematoma en sí no tendría
mayor trascendencia pero si eso se hace repetitivo puede llegar a dejar
lesiones permanentes y alteraciones del tejido de graves consecuencias como
podrían ser úlceras, etc. Por el contrario, la pala, la mano, etc., producen
lesiones menos profundas, mucho más extensas, lo cual creo que a nosotros nos
es mucho más interesante.
El azote formado por tiras de
cuero de diferentes anchos es diferente al látigo, pues éste deja marcas más
profundas, muy difíciles de disimular y que en ocasiones, si lo que golpea es
la punta del látigo, deja incluso heridas abiertas. No obstante, la ventaja que
presenta el látigo frente a la fusta es que es semirígido y va descargando la
fuerza a medida que se agarra al cuerpo, por lo cual las lesiones son menores y
el castigo se amplía a toda la zona que abarca el látigo.
Por último, para todos
aquellos que se inician, les recomiendo, que además de empezar con suavidad,
incrementando poco a poco la intensidad y duración del castigo, lo hagan
también con objetos suficientemente amplios (zapatillas, paletas) y poco a
poco, a medida que adquiera habilidad con éstos, vayan disminuyendo su tamaño y
cambiando paulatinamente a otros, como pueden ser la vara, el látigo, el azote,
etc.
El empleo de látigo, vara o
fusta puede practicarse previamente como entrenamiento en un cojín de casa,
para adquirir puntería, aplicar una fuerza equitativa y controlada. En el cojín
debe quedar una marca no muy profunda y alargada cuya profundidad sea uniforme,
pues cuanto más fino es el instrumento de castigo, más entrenamiento requiere
para su correcto manejo y más peligrosa es su utilización.
Fuentes: http://www.esenciabdsm.com/visitantes/index.htm, así como diferentes web de medicina
y anatomía humana.