20 marzo 2013

Guía Básica para azotar con seguridad

Vamos a realizar dos divisiones o estructuraciones a la hora de comprender las zonas del cuerpo que podemos azotar:

-       Anatomía humana:
o   Esqueleto (huesos); carecen de flexibilidad, una de sus funciones es actuar como sostén mecánico del cuerpo y sus partes blandas, funcionando como armazón que mantiene la morfología corporal. Un golpe de gran intensidad, una tensión inadecuada, etc, puede dar como resultado una fractura.

o   Musculatura (músculos y tendones): Las zonas desprotegidas de musculatura, son zonas a evitar a la hora de azotar, la parte inferior de la pierna, la espinilla y la parte posterior de esta, así como las articulaciones en general.

Músculo (Casualmente los músculos del culo, los glúteos, son gruesos, están protegidos por una capa de tejido adiposos sobre la piel, son cortos de longitud y además no protegen una estructura hueca, con lo cual es la típica zona donde se puede azotar a placer con casi todo tipo de aparatos sin correr graves riesgos).

Un músculo es un órgano formado por un conjunto de fibras musculares; estas fibras son contráctiles, es decir, son capaces de acortarse; y elásticas lo que significa que son capaces de estirarse.
Según su naturaleza, existen tres tipos de músculo: estriado o esquelético, liso o visceral y cardíaco.
Los músculos estriados conforman la musculatura esquelética del cuerpo y son controlados por la voluntad. A diferencia del músculo liso, su contracción es veloz y sufre rápidamente los efectos de la fatiga.

Tendón (Con los tendones hay que tener un especial cuidado, pues carecen de la elasticidad de los músculos. El efecto de una presión inadecuada, como pueden ser unos azotes mal dados sobre una zona tendinosa, podría producir una inflamación de éstos tendones; lo que se conoce como tendinitis. Esta es una lesión grave, difícil de curar, muy dolorosa y que puede reproducirse con muchísima facilidad.)

Un tendón es la parte del músculo estriado que sirve de unión entre el vientre muscular, o cuerpo del músculo, y las inserciones en los segmentos óseos correspondientes. Los tendones son de color blanco lechoso, consistencia fuerte y no contráctiles.
Hay músculos que tienen tendones muy cortos, mientras que otros tienen tendones realmente largos. Los tendones transmiten la fuerza muscular hacia los segmentos óseos para producir el movimiento del cuerpo.

Ligamento
Un ligamento es una estructura en forma de banda formada por tejido fibroso cuya función es unir y estabilizar los huesos en las articulaciones.
A diferencia de los tendones, que conectan músculos con hueso, los ligamentos interconectan huesos adyacentes entre sí; en una articulación, los ligamentos permiten y facilitan el movimiento dentro de las direcciones anatómicas naturales, mientras que restringe aquellos movimientos que son anatómicamente anormales, impidiendo lesiones o protrusiones que podrían surgir por este tipo de movimiento.

o   Órganos internos y  venas: Son zonas a evitar, especialmente la zona abdominal al carecer de protección ósea y ser más sensible a los impactos, estando más expuestos los órganos internos, así mismo debemos tener cuidado con las zonas arteriales (cuellos, por ejemplo). 

Órganos
Se da el nombre órgano a las partes diferenciadas del cuerpo que colaboran en la realización de una función.
Un aparato es el conjunto de órganos distintos por su estructura que contribuyen a realizar la misma función. Ejemplos de aparatos son el digestivo o el respiratorio.
Un sistema es un conjunto de órganos con idéntica estructura y origen embriológico. Un ejemplo de sistema es el sistema nervioso.
Los vasos sanguíneos de acuerdo con su diámetro se clasifican en arterias, venas y capilares. Es por ellos que constantemente circula toda nuestra sangre.
Las arterias
Una de las principales características de estos conductos, que parten del corazón, es que llevan sangre rica en oxígeno. Además, sus paredes son gruesas y resistentes y están formadas por tres capas; una interna o endotelial, una media con fibras musculares y elásticas; y una externa de fibras conjuntivas.
Para entregar su rico cargamento, las arterias también se ramifican y, de acuerdo con la forma que adopten, o hueso y órgano junto al cual corran, reciben diferentes nombres tales como coronaria, renal o humeral.

Las venas
A diferencia de las arterias, las paredes de las venas son menos flexibles, y cada ciertos espacios las válvulas que tienen impiden que la sangre caiga o retroceda por su propio peso. La labor de las venas es, una vez que la sangre ha descargado el oxígeno y recogido el anhídrido carbónico, conducirla de regreso hacia el corazón y los pulmones.
Estos conductos constan de dos capas, una endotelial y otra formada por fibras elásticas, musculares y conjuntivas.

Los capilares
Para facilitar el intercambio gaseoso entre la sangre y los tejidos, o entre la sangre y el aire que ha penetrado en los pulmones, es que existen los capilares. Estos son vasos sanguíneos que se hacen cada vez más finos a medida que se van ramificando en el cuerpo. La explicación de esta extrema delgadez es que están formados por una sola capa de células, la endotelia. De esta forma permiten que las células reciban oxígeno y expulsen el anhídrido carbónico.
Al comienzo de estos pequeños tejidos hay unas franjas que se relajan o contraen para permitir o impedir el paso de la sangre. En todo el cuerpo se estima que hay más de 60 mil kilómetros de ellos, siendo el punto más lejano del viaje que hace la sangre.

-       Útiles o herramientas, según características y forma los dividiremos en:
o    rígidos, flexibles, semiflexibles
o   Estrechos o anchos (recoredemos que a mayor superficie menor presión

Como hemos visto, una técnica incorrecta en una zona inadecuada puede producir serias lesiones. Por lo tanto, para un correcto azotado por toda la superficie corporal, hemos de estar adaptándonos constantemente a medios e intensidad.

El denominado bastinado o suplicio turco, que consiste en azotar las plantas de los pies con una vara, puede producir serias lesiones ya que la planta de los pies es muy sensible. Es una estructura exactamente igual que la mano, solamente que en nosotros se ha adaptado a la marcha, para recoger información del suelo sobre su textura, inclinación, etc.

Además describe una especie de mapa de todo lo que son los órganos de cuerpo, de tal modo que según la estimulación que reciban ciertos puntos de la planta de pie, desde los dedos hasta el talón, incluidos los tobillos, vamos a obtener diferentes respuestas orgánicas. Esto es lo que estudia y trata la reflexoterapia podal.

Por lo tanto si sobre los pies aplicamos un castigo indiscriminado, no solamente vamos a dañar su estructura, sino que podemos alterar el funcionamiento de diferentes órganos. Por lo tanto, el instrumento adecuado para castigar esta zona en una paleta de azotar, no una vara o una fusta, puesto que no se trata de torturar. ( http://www.podoortosis.com/a_introduccion/b01.htm )

Será mejor una paleta de azotar de las de forma de lengüeta como de tres centímetros de ancho, que no sea rígida para que se pueda adaptar a la superficie de pie y no produzca lesiones, ni en los tendones ni en las articulaciones del pie; y aplicar el azote con una fuerza media-baja.

Continuando una trayectoria ascendente, de la planta del pie pasaremos directamente a lo que es la pantorrilla, sin tocar prácticamente todo lo que hay en medio (desde la espinilla hasta los tobillos).

En la pantorrilla el castigo será muy similar al de la planta del pie, tal vez aumentando un poquito la fuerza (no demasiado), ya que tenemos los músculos que nos hacen ponernos de puntillas y que mueven el pie. Son unos músculos cortos, muy gruesos, muy potentes, pero que generalmente sufren muchas contracturas y se pueden lesionar con facilidad ya que soportan el peso de todo el cuerpo.

Seguimos hacia arriba y, respetando la rodilla, nos encontramos con los muslos, donde la estructura sea del fémur se ve envuelta por numerosos músculos muy potentes, muy largos y que permiten casi todo tipo de azotado; siendo especialmente sensible la zona interior.

A pesar de todo hay que tener muy en cuenta que este grupo muscular, junto con los de la pantorrilla, son los que nos permiten caminar y desplazarnos. Por lo tanto se van a resentir si se les castiga con severidad. Las lesiones, aunque transitorias, son muy visibles ya que la cojera o la dificultad de movimiento se nota enseguida.

Después encontramos el culo y los genitales. En el culo están los músculos glúteos y ya hemos comentado antes que es la zona de azotamiento por excelencia.

Los genitales son otra cosa. Los genitales femeninos se deberán de tratar como la planta del pie, por lo que respecta a los masculinos, el pene también se tratara como la planta del pie y los testículos como vísceras. Hay que tener mucho cuidado al golpear los testículos, no utilizar nunca objetos rígidos o semirígidos como palas de azotar, puesto que el dolor que se produce puede ser muy intenso y causar graves problemas.

La disposición de los testículos fuera del organismo se debe a que la producción espermática se realiza mejor a una temperatura inferior a la del cuerpo. Problemas que pueden presentarse:

Contusión
Si el golpe es importante puede producirse el estallido del testículo, varicocele (dilatación venosa) o un hematoma intratesticular, aunque lo más probable sea un hematoma extratesticular que abarque el tejido celular subcutáneano (bolsa testicular), con la consiguiente edematización (hinchazón) y cambio de coloración de la zona.
Estallido y/o hemamtoma intratesticular pueden producir una necrosis (muerte) del testículo con el subsiguiente cese de la producción espermática. El dolor que provoca la necrosis es hiperagudo y requiere trat quirúrgico de urgencia, en cambio en el hemantoma extrates. el dolor es de menos intensidad y es excepcional que se tenga que recurrir al drenaje quirúrjico.

Estrangulamiento
Con el estrangulamiento lo normal es que tengas un edema debido a que entra más sangre de la que puede salir (la sangre entra por las arterias que están en la profundidad y salen por las venas que están en la superficie). En casos extremos, este aumento de la presión puede también provocar necrosis o torsión de testículo.

Heridas, punciones
Con la asepsia adecuada y siempre que se huya de las partes nobles (tetículo y epidídimo), esta acción no tiene que acarrear complicaciones.
Siempre debes procurar cortar o perforar la piel, sin profundizar.

Un castigo adecuado en esta zona podría ser azotar con un latiguillo pequeño que pueda escocer, hacerle restallar o golpeteos muy suaves con la punta de una fusta acabada en una tirita de cuero. Hay que tener en cuenta que el recorrido que haga esta lengüeta de cuero no sea superior a quince centímetros y el golpe debe ser de intensidad muy suave.

Seguimos hacia arriba y nos encontramos la espalda, el tórax y el abdomen. La espalda es una estructura protegida por la columna vertebral y, en la zona superior, por las costillas; por lo tanto aquí el castigo que se impone ha de ser con objetos flexibles, golpes suaves con palas de azotar, con fustas y se puede emplear el látigo a gusto puesto que la estructura admite una elevada intensidad, pero también es verdad que las marcas que pueden dejarse tardan en desaparecer.

El abdomen es la parte donde están situadas la mayor parte de las vísceras y está protegido por los potentes músculos abdominales; no obstante, si golpeamos con un objeto semirrígido o rígido podríamos causar lesiones de importante consideración, dañando incluso alguno de los órganos internos.

Por lo tanto no está indicado utilizar ni palas ni objetos más duros y los azotes con látigo deberán de hacerse de forma que abracen desde los costados. No obstante, la intensidad debe ser suave, pues también están en esta zona los riñones que son muy delicados.

En el tórax, aunque está protegido totalmente por las costillas, hay que tener en cuenta que estas actúan como fuelle en la función respiratoria y por lo tanto un golpe fuerte con un objeto rígido o semirrígido podría producir un fallo en esa función. Además, el corazón que está situado debajo del esternón, podría ver alterado su ritmo normal si se acierta con un golpe fuerte en esta zona.

Tengamos en cuenta que cuando se produce una parada cardio-respiratoria la primera maniobra que se suele hacer es golpear fuerte el esternón y a continuación aplicar un masaje en esa zona con fuerza de forma rítmica. Por lo tanto si un corazón que late normalmente recibe un impacto en esa zona su funcionamiento se podría alterar; aparte que si producimos una hemorragia interna, la hemorragia podría producir un derrame con serias consecuencias.

Sin embargo, en esta zona nos encontramos con los pechos (o las tetillas en el caso de los hombres) que es una zona que requiere un exquisito trato por su alta sensibilidad. No es necesario aplicar una intensidad elevada en los golpes para obtener un suplicio adecuado.

Podemos dedicarnos a golpeteos pequeños, con azotes cortos, hacer restallar látigos también cortos o golpear con la lengüeta de cuero de una fusta, en un recorrido similar al que aplicábamos en los testículos y haciéndolo coincidir directamente sobre el pezón.

Por último nos encontramos con los carrillos de la cara y en esta zona yo me atrevería a recomendar solamente el abofeteado. De esta manera controlamos perfectamente la intensidad del golpe y hay que tener en cuenta que al ser una zona totalmente visible, su trato debe ser más humillante que doloroso.

Hablaremos ahora de la intensidad de los golpes de la que hemos estado hablando a lo largo de toda la descripción pseudo anatómica. Está dicho hasta la saciedad, que en el s/m, como en cualquier otra actividad, hay que empezar por cosas muy simples, muy sencillas e ir aprendiendo poco a poco.

Con la intensidad de los golpes sucede lo mismo. No todos los esclavos tienen el mismo aguante y por lo tanto hay que empezar suavemente; primero con azotes, con pequeños golpecitos y luego ir incrementando la intensidad a medida que vayan tolerándolo.

Hemos de tener en cuenta que es mucho más satisfactoria, para ambas partes, una tortura refinada que un apaleamiento bestial. Por lo tanto es más interesante el ir incrementando gradualmente la intensidad de los golpes que aplicar directamente estacazos cuyas consecuencias podían ser nefastas.

En un principio he hablado del principio físico que dice que, a mayor superficie mayor presión. Por lo tanto si golpeamos con una vara o con una fusta, cuyo diámetro apenas llega a un centímetro, la presión que ejercer este golpe ser mucho mayor, ocasionando algo similar a un corte.

Si golpeamos con una pala de azotar la intensidad se reparte uniformemente en toda la superficie de la pala. En resumen, si golpeamos con una fusta, con una vara o con un palo, podemos provocar golpes mucho más profundos, con lesiones vasculares como hematomas; cosa que difícilmente sucederá si azotáramos con la mano, con un zapato, con una pala de azotar, con una raqueta de ping-pong, etc.

Un hematoma en sí no tendría mayor trascendencia pero si eso se hace repetitivo puede llegar a dejar lesiones permanentes y alteraciones del tejido de graves consecuencias como podrían ser úlceras, etc. Por el contrario, la pala, la mano, etc., producen lesiones menos profundas, mucho más extensas, lo cual creo que a nosotros nos es mucho más interesante.

El azote formado por tiras de cuero de diferentes anchos es diferente al látigo, pues éste deja marcas más profundas, muy difíciles de disimular y que en ocasiones, si lo que golpea es la punta del látigo, deja incluso heridas abiertas. No obstante, la ventaja que presenta el látigo frente a la fusta es que es semirígido y va descargando la fuerza a medida que se agarra al cuerpo, por lo cual las lesiones son menores y el castigo se amplía a toda la zona que abarca el látigo.

Por último, para todos aquellos que se inician, les recomiendo, que además de empezar con suavidad, incrementando poco a poco la intensidad y duración del castigo, lo hagan también con objetos suficientemente amplios (zapatillas, paletas) y poco a poco, a medida que adquiera habilidad con éstos, vayan disminuyendo su tamaño y cambiando paulatinamente a otros, como pueden ser la vara, el látigo, el azote, etc.

El empleo de látigo, vara o fusta puede practicarse previamente como entrenamiento en un cojín de casa, para adquirir puntería, aplicar una fuerza equitativa y controlada. En el cojín debe quedar una marca no muy profunda y alargada cuya profundidad sea uniforme, pues cuanto más fino es el instrumento de castigo, más entrenamiento requiere para su correcto manejo y más peligrosa es su utilización.

Fuentes: http://www.esenciabdsm.com/visitantes/index.htm, así como diferentes web de medicina y anatomía humana.

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